Hace tiempo que este viejo refrán castellano ha quedado obsoleto debido a que las cigüeñas han decidido quedarse con nosotros la mayor parte del año aún así, San Blas es un día perfecto para asomarnos a las iglesias de nuestros pueblos y ciudades y observar a estas aves magníficas de plumaje blanquisimo y picos y patas de vivos tonos rojizos. En esta época están enfrascadas en el trajín de idas y venidas para aportar las ramas con las que estan construyendo sus altos nidos. Sus ruidosos crotoreos, sus aparatosos copulas y sus vuelos elegantes llenan de vida nuestros cielos.
¡Bienvenidas!