Anticipándose a la mejor noche de Reyes, la naturaleza está recibiendo las generosas lluvias de este otoño como el mejor de los regalos de Navidad.

Suelo y seres vivos están recuperando y guardando recursos para los meses venideros. Con las lluvias los suelos se empapan y recargan sus acuíferos, las plantas pueden rebrotar y producir algo de fotosíntesis para asegurar sus reservas para el resto del invierno, los herbívoros pueden alimentarse con estos brotes tiernos, las aves acuáticas encuentran refugio y alimento en los humedales renacidos, las nutrias pueden chapotear juguetonas en los ríos cargados de agua, los tejones pueden capturar a las lombrices que apuran su actividad con la humedad y las suaves temperaturas, las últimas mariposas del año aun liban las ultimas gotas de néctar de las ultimísimas flores del año y nosotros, podemos disfrutar de la belleza insuperable de un paisaje vivo donde nadie sobra y todo tiene sentido
